Patricia maroño

Patricia maroño

Marketing Assistant

miRNAs circulantes como biomarcadores de enfermedades cardiovasculares

Los conocidos como ARNs extracelulares o circulantes son moléculas de ARN que han sido secretadas al exterior de las células en las que se han transcrito y que circulan en fluidos biológicos. Aunque fueron descritos por primera vez en la primera mitad del siglo XX, no fue hasta la identificación de los microARNs (miRNAs) en la circulación sanguínea cuando se disparó el interés de la comunidad científica por los ARNs circulantes.

Los miRNAs son ARNs no codificantes de entre 17 y 27 nucleótidos que se unen al ARN mensajero inhibiendo su traducción o promoviendo su degradación, bloqueando de esa manera la síntesis de proteínas. Por ello, están implicados en procesos biológicos fundamentales y alteraciones en su expresión han sido vinculados a diferentes patologías. Estas moléculas tienen una secuencia muy conservada entre especies y su perfil de expresión puede presentar una alta especificidad de tejido. Los miRNAs extracelulares son estables en múltiples fluidos corporales (plasma, suero, saliva, orina, lágrimas, líquido amniótico, calostro, leche materna, líquido seminal, fluido bronquial, líquido cefalorraquídeo, líquido peritoneal y líquido pleural) donde están empaquetados en vesículas que los protegen de ser degradados por condiciones adversas como cambios de pH o temperatura.

Debido a estas propiedades biológicas y fisicoquímicas los miRNAs circulantes se plantean como excelentes biomarcadores en la práctica clínica, habiéndose publicado hasta el momento numerosos estudios que muestran su relación con diferentes patologías cardiovasculares. La correlación entre los perfiles de miRNAs en tejido cardiaco y sangre abre la posibilidad de utilizar estos miRNAs circulantes como indicadores de enfermedades incluso en fases subclínicas, teniendo esto un papel crucial en la salud de los pacientes. Además, tiene un gran potencial para mejorar los algoritmos de riesgo en enfermedad cardiovascular, así como en la gestión de los recursos de los sistemas de salud.

Por otro lado, estas moléculas también han despertado gran interés por la posibilidad de actuar como agentes terapéuticos. Los miRNAs miméticos son similares a los naturales y se pueden utilizar como antagonistas de los miRNAs cuyos niveles están elevados en situaciones patogénicas, permitiendo de esa manera la activación de la expresión genética. Por el contrario, se pueden usar para elevar los niveles de miRNAs que están disminuidos, favoreciendo así la supresión de la expresión genética en búsqueda de un efecto beneficioso para la salud.

Gracias a los avances en tecnologías Next-generation Sequencing (NGS), los perfiles de miRNAs circulantes pueden convertirse en una potente herramienta no invasiva que proporcione información útil para el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de enfermedades cardiacas. Sin embargo, a pesar de los prometedores resultados, son necesarios más estudios poblacionales para que los miRNAs puedan ser incorporados a la práctica clínica de forma rutinaria.

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